En el momento de adquirir una impresora laser o de inyección de tinta para nuestra empresa o a nivel particular, son varias las preguntas que nos hacemos los consumidores: ¿cuál imprime más rápido?, ¿Cuál es más barata?, ¿Qué consumibles serán mejor?. En este post vamos a analizar varios aspectos importantes y quizás así podemos resolver algunas dudas.
Antes de empezar con este análisis en profundidad, vamos a explicar brevemente qué significa en concreto impresora de tinta e impresora láser.
- Impresora de Inyección: funcionan pulverizando tinta sobre el papel mediante su cabezal de impresión formado por un montón de minúsculas boquillas. Normalmente llevan un cartucho negro y otro a color formado por los colores primarios (cyan, magenta y amarillo) aunque en ocasiones los colores están en cartuchos independientes.
- Impresora láser: como explicamos con más detalle en este post anterior, el proceso de impresión aquí es un poco más complejo. El láser graba en un cilindro fotosensible el contenido que debe copiar mediante una carga electrostática, pasando a continuación dicho cilindro por el depósito de tóner. Ahí los pigmentos se adhieren al papel mediante la acción del calor de su rodillo.
Pues bien, más allá de cuestiones técnicas, vamos a pasar a estudiar diferentes aspectos a la hora de elegir impresora, ya sea para nuestro hogar o para una empresa. ¿Qué debemos tener en cuenta básicamente?
- Velocidad de impresión. Es la principal ventaja de las impresoras láser ya que éstas no trabajan por secciones o líneas y pueden alcanzar mayor velocidad. Las más profesionales pueden llegar a imprimir hasta 70 páginas por minuto. Además las destinadas a trabajos en grupo suelen estar dotadas de un procesador y memoria que permiten una ágil gestión en las colas de trabajo. Esto no significa que las impresoras de tinta se hayan quedado atrás. En los últimos años ha aparecido una generación de impresoras de oficina que, especialmente para impresiones en A4, pueden llegar a alcanzar velocidades de impresión muy similares.
- Precio de la impresora. Las de tinta son habitualmente mucho más económicas que las de tóner, si bien es cierto que las impresoras láser monocromo han bajado mucho de precio en los últimos tiempos. Donde sí notaremos que el gasto es muy superior es en las máquinas láser a color, aquí la inversión es muy superior al resto. Apuntar también que el mantenimiento y reparación de las impresoras láser suele ser más costoso en términos económicos que el mantenimiento de la inyección de tinta.
- Precio de los consumibles. Comprar un cartucho de tinta siempre resulta mucho más barato en el momento que comprar un tóner. Sin embargo los tóner suelen imprimir bastantes más copias y duran más tiempo, por lo tanto el coste/copia es más económico. Para hacernos una idea, en las impresoras láser la copia sale a 2 ó 3 céntimos de media mientras que en las de tinta puede oscilar entre 15 y 20. A esto tenemos que añadir que los cartuchos, al ser tinta líquida, en ocasiones pueden secarse y tenemos que deshacernos de ellos incluso sin haberlos terminado del todo.
- Tamaño de las máquinas. Las impresoras láser son por lo habitual mucho más voluminosas y pesadas que las de tinta. Este es un aspecto que tendremos que tener en cuenta si tenemos un sitio determinado para colocarla, si tenemos poco espacio o si debemos transportarla.
- Volumen de impresión mensual. Si bien es cierto que el uso que se le da a cada impresora varía de unos usuarios a otros, se establecen unas 4000 ó 5000 páginas al mes para decantarse por una u otra. En caso de imprimir menos de esta cantidad, es suficiente con una impresora de cartuchos de tinta. Si vamos a superar este número, lo aconsejable para evitar sobrecalentamientos o averías es optar por una láser, ya que soportan ciclos mensuales que van desde las 2.000 a las 20.000 copias al mes (en ocasiones más aun).
- Calidad de impresión. Ambas resultan adecuadas dependiendo del tipo de trabajo que vayamos a realizar. Las impresoras de tinta permiten imprimir en diferentes tipos de papel y tienen una calidad mejor imprimiendo fotografías. Además te ofrecen funciones como por ejemplo imprimir a sangre, es decir, sin bordes. Sin embargo para documentos escritos los equipos láser dan un resultado excelente puesto que el polvo de carbono del que se componen es muy sofisticado y aporta gran nitidez y definición a las copias.
- Limpieza. Las impresoras láser suelen ser más limpias imprimiendo, ya que no trabajan con tinta líquida sino con un componente sólido (polvo de carbono) y el papel queda seco en segundos. En cuanto a los cartuchos de tinta, sí que necesitan una limpieza frecuente. Aunque es una función que suele realizar automáticamente la impresora, se gasta tinta en hacerlo, lo que reduce un poco el número de copias efectivas.
- Otros aspectos. Debemos tener en cuenta que en algunas ocasiones las impresoras láser requieren sustituir el tambor por separado además del tóner, con lo cual es un gasto de consumible más.
Resaltar además que las láser necesitan un pequeño tiempo de calentamiento para el fusor, de manera que son más lentas y consumen algo más de energía. Eso sí, normalmente suelen ser más silenciosas por lo que son especialmente adecuadas para colocarlas en lugares donde se requiera cierto nivel de concentración.